viernes, 11 de febrero de 2011

El riesgo del arte

Sólo decidir dedicarse a él en cualquiera de sus formas ya es para muchas jóvenes un gran paso.

Incorporarse a la industria del arte conlleva un riesgo muy alto para las jóvenes que quieren ganarse la vida sacando rentabilidad a sus inquietudes artísticas. La elección de este camino es un acto de valentía en sí mismo. El tiempo invertido en esta empresa puede, en la mayoría de los casos, no servir para nada y muchas jóvenes dejan de serlo sin un plan alternativo de futuro. Para emprender este viaje la única cosa de la que hay que estar segura es que implica un gran riesgo.

Marian Álvarez. Foto
promocional Hospital Central
Apostar por el arte es apostar por uno mismo, confiar ciegamente en las aptitudes personales para destacar entre una gran competencia. Hay que demostrar una gran valentía. Marián Álvarez, intérprete conocida por series como Hospital Central y películas como Lo mejor de mí, aceptó los riesgos. Dejar la carrera de empresariales para convertirse en actriz ‘fue un poco el destino’. Le ‘picó el gusanillo’ y empezó con clases de interpretación. Del mismo modo, Marina Salas, una de las protagonistas del serial El barco, se apuntó ‘los sábados a teatro con las amigas’. Tras un primer casting fallido siguió trabajando hasta conseguir sus primeros papeles.

El principal riesgo es el económico, uno puede llegar a hacerse muy rico, pero en el proceso no obtener beneficios es lo habitual. En el mundo de la fotografía o la música, por ejemplo, hay que invertir mucho dinero en la obra que se está creando. El desarrollo de las inquietudes artísticas implica vivir en grandes ciudades que es donde se encuentran las infraestructuras y las oportunidades. Quizá las jóvenes que eligen estas carreras o profesiones tienen detrás un buen mecenas: su familia. Nerea Marcos, estudiante de ballet, llegó desde Alicante hace dos años a la capital. Su madre la acompañó en el principio de su aventura mudándose con ella a Madrid. Para Marcos su presencia fue muy importante esconómica y personalmente para canalizar la presión que sufría. Todo el estrés "lo pagaba" con su madre. Blanca Piñol, estudiante de moda que hace prácticas en el showroom 24FAB en Madrid, confirma que este tipo de carreras no se eligen con el pensamiento de enriquecerse si no que son vocacionales: “si quisiera ganar dinero estudiaría derecho”. Nos confiesa que no tiene muy claro qué es lo que busca ni lo que quiere. Al introducirse en este mundo se ha dado cuenta de que la cantidad de posibles cometidos dentro de la profesión es enorme. Mientras intenta cumplir su sueño el apoyo económico de sus padres es imprescindible.


Marina Salas en una sesión fotográfica para Overlay Magazine.


La suerte y el esfuerzo son dos factores que determinarán la carrera de estas jóvenes. Pero, ¿en la misma proporción? Álvarez cree ‘que sí que influye la suerte pero no todo. Porque luego si te llega la oportunidad y no estás preparado tienes una prueba y ya no tienes más’. En su caso confirma que la fortuna tuvo algo que ver. Entre más de 300 candidatos fue la elegida por la mánager Katrina Bayonas en su casting Caras Nuevas para ser su representada. Pero la suerte no llega sola, ‘hay que buscarla, uno tiene q trabajar’. De este mismo casting viene Penélope Cruz. Los inicios tampoco fueron fáciles para ella. La directora de Casting K. Bayonas cuenta que le hizo `tres pruebas, pero es que no era una niña corriente’. Y tardó más de un año en conseguir su primer papel. La receta del éxito no se compone de casualidad, de “estar en el sitio adecuado en el momento adecuado” sino que el talento y el trabajo son los ingredientes principales.

Blanca Piñol en el showroom 24FAB
La diferencia entre hombres y mujeres también queda patente ya que como declara Salas ‘el arte no está alejado del mundo’. Son los individuos los que discriminan y no los campos profesionales. Detrás de la industria hay personas, con más o menos poder pero personas al fin y al cabo. En el mundo del cine ‘con la edad los hombres tienen más papeles, parece que son más interesantes y las mujeres van teniendo menos’, opina Álvarez. Además observa que ‘los protagonistas siempre suelen ser ellos’. La popularidad de la discriminación hacia la mujer es una discriminación en sí misma. Ellas no son las únicas que se ven en esta situación. Piñol comenta que para su puesto en el showroom sólo buscaban mujeres, “chicos no porque quieras o no éste es un sitio donde viene gente de mucho dinero, mucha mujer mayor. Que le atienda un chico y gay pues no quieren” En la danza ocurre lo mismo. Un chaval que dice a sus padres o amigos “quiero dedicarme al ballet” no encuentra mucho apoyo al dar la noticia. Marcos cuenta que por este motivo los chicos suelen empezar más tarde en el baile.

La incertidumbre y la poca seguridad que dan estas profesiones hacen más gratificantes los logros. Pero ¿qué es triunfar? El éxito es relativo, no sólo consiste en convertirte en una estrella en cualquiera de los campos mencionados. El mero hecho de poder dedicarse a ello se convierte en el triunfo para los que de verdad aman lo que hacen. Hay jóvenes que confunden la fama con el verdadero fin y eligen una de estas profesiones como vehículo. Al darse cuenta de que no todos consiguen una gran notoriedad sentirán que han fracasado pero si se elige el arte por la razón adecuada siempre se estará dispuesto a luchar.



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