Sólo decidir dedicarse a él en cualquiera de sus formas ya es para muchas jóvenes un gran paso.
Incorporarse a la industria del arte conlleva un riesgo muy alto para las jóvenes que quieren ganarse la vida sacando rentabilidad a sus inquietudes artísticas. La elección de este camino es un acto de valentía en sí mismo. El tiempo invertido en esta empresa puede, en la mayoría de los casos, no servir para nada y muchas jóvenes dejan de serlo sin un plan alternativo de futuro. Para emprender este viaje la única cosa de la que hay que estar segura es que implica un gran riesgo.
Marian Álvarez. Foto promocional Hospital Central |
El principal riesgo es el económico, uno puede llegar a hacerse muy rico, pero en el proceso no obtener beneficios es lo habitual. En el mundo de la fotografía o la música, por ejemplo, hay que invertir mucho dinero en la obra que se está creando. El desarrollo de las inquietudes artísticas implica vivir en grandes ciudades que es donde se encuentran las infraestructuras y las oportunidades. Quizá las jóvenes que eligen estas carreras o profesiones tienen detrás un buen mecenas: su familia. Nerea Marcos, estudiante de ballet, llegó desde Alicante hace dos años a la capital. Su madre la acompañó en el principio de su aventura mudándose con ella a Madrid. Para Marcos su presencia fue muy importante esconómica y personalmente para canalizar la presión que sufría. Todo el estrés "lo pagaba" con su madre. Blanca Piñol, estudiante de moda que hace prácticas en el showroom 24FAB en Madrid, confirma que este tipo de carreras no se eligen con el pensamiento de enriquecerse si no que son vocacionales: “si quisiera ganar dinero estudiaría derecho”. Nos confiesa que no tiene muy claro qué es lo que busca ni lo que quiere. Al introducirse en este mundo se ha dado cuenta de que la cantidad de posibles cometidos dentro de la profesión es enorme. Mientras intenta cumplir su sueño el apoyo económico de sus padres es imprescindible.
Marina Salas en una sesión fotográfica para Overlay Magazine. |
La suerte y el esfuerzo son dos factores que determinarán la carrera de estas jóvenes. Pero, ¿en la misma proporción? Álvarez cree ‘que sí que influye la suerte pero no todo. Porque luego si te llega la oportunidad y no estás preparado tienes una prueba y ya no tienes más’. En su caso confirma que la fortuna tuvo algo que ver. Entre más de 300 candidatos fue la elegida por la mánager Katrina Bayonas en su casting Caras Nuevas para ser su representada. Pero la suerte no llega sola, ‘hay que buscarla, uno tiene q trabajar’. De este mismo casting viene Penélope Cruz. Los inicios tampoco fueron fáciles para ella. La directora de Casting K. Bayonas cuenta que le hizo `tres pruebas, pero es que no era una niña corriente’. Y tardó más de un año en conseguir su primer papel. La receta del éxito no se compone de casualidad, de “estar en el sitio adecuado en el momento adecuado” sino que el talento y el trabajo son los ingredientes principales.
Blanca Piñol en el showroom 24FAB |
La incertidumbre y la poca seguridad que dan estas profesiones hacen más gratificantes los logros. Pero ¿qué es triunfar? El éxito es relativo, no sólo consiste en convertirte en una estrella en cualquiera de los campos mencionados. El mero hecho de poder dedicarse a ello se convierte en el triunfo para los que de verdad aman lo que hacen. Hay jóvenes que confunden la fama con el verdadero fin y eligen una de estas profesiones como vehículo. Al darse cuenta de que no todos consiguen una gran notoriedad sentirán que han fracasado pero si se elige el arte por la razón adecuada siempre se estará dispuesto a luchar.
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